miércoles, 14 de noviembre de 2012

VISITANTES: NUESTRAS PRIMERAS EXPERIENCIAS
Por Eduardo Grosso

Corría el año 1986 y con mis esposa Liliana comenzábamos nuestras primeras investigaciones en este apasionante tema de los "visitantes de dormitorio".
En aquel año tuvimos dos casos en "Lomas de Beccar", partido de San Isídro, y otro en Benavídez, Partido de Tigre; ambos al norte de la Capital Federal de Argentina.
El caso de la familia de Marcelo R, fue tal vez el más interesante. Era una tarde/noche de verano, cuando toda la familia de Marcelo estaban en su casa mirando televisión, cuando se corta la luz y un extraño resplandor emerge desde el jardín posterior de la propiedad. La madre inexplicablemente corre hacia la habitación de la hija más pequeña en la parte superior de la casa. Allí, para gran sorpresa, se encuentra con un ser alto y rubio (el clásico "nórdico" de Adamski) que estaba a los pies de la cama de la pequeña y que, mentalmente, tranquiliza a la atemorizada madre, expresándole, siempre mentalmente, que no tuviera miedo, que su hija estaba y siempre estaría bien. Acto seguido, el ser desaparece de la habitación sin poder explica la testigo como o por donde.
Mientras tanto, el resto de la familia  (el padre y el hermano de la pequeña) siguen en el living de su casa, tal vez o no, de manera inexplicable.
Después del encuentro, toda la instalación de la casa se quemó, y quedaron marcas en el parque y faltante de agua en la piscina. Ninguno de los protagonistas vieron el aparato o lo que ocasionó el apagón y produjo las marcas sobre el césped.
Marcelo me contó personalmente su experiencia, rogándome su anonimato y buscando respuestas, que en aquél momento yo no estaba en condiciones de dar.
Mas adelante, en otra entrada, me referiré a los otros dos casos.
Hasta la próxima.

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