La encuesta Roper, nuestra experiencia.
Hace algunos años, precisamente en
1992, el infatigable investigador y director del CEFAE, Alberto Tunich,
organizó el Primer Congreso de Ovnilogía de El Palomar, en la Provincia de
Buenos Aires.
Este
congreso tuvo la singularidad de reunir a casi cincuenta investigadores de la
temática, lo que para nuestro país es un hecho con pocos antecedentes.
En
dicho congreso fue presentado por el investigador Juan Eduardo Faillá, miembro
del Comité de Dirección de la Comisión de Investigaciones Ufológicas (CIU), y Director para la República Argentina
de MUFON (Mutual Ufo Net Work) de EEUU; un trabajo titulado “Las abducciones y
el Informe Roper”. Este trabajo, a nuestro juicio el mejor de los presentados
en el congreso, nos trajo inquietantes noticias y nuevos interrogantes con
respecto a esta realidad.
Con
permiso del autor, hemos reproducido algunos párrafos de la brillante
exposición: “Durante los últimos 30 años, la comunidad ufológica mundial se ha
visto sacudida por un número cada vez más creciente de casos de abducción. Con
el correr del tiempo, se han hecho numerosos intentos por explicar el origen y
algunas facetas de estas experiencias, a las que muchos investigadores
denominan, no sin prejuicios, secuestro ufológico o secuestro a bordo de un
ovni. Entre estos intentos cabe mencionar:
1)
El estudio sobre nueve
sujetos abducidos patrocinado por la FUFOR (Fondo para el Estudio de los Ovni,
USA) y conducido por los investigadores ovni americanos Ted Bloecher, Budd
Hopkins y la Dra. A. Clamar.
2)
Los experimentos conducidos
por el profesor de ingles A. Lawson, secundado en su tarea por J. De Herrera y
el Dr. W. Mc.Call, que dieron por resultado la enunciación de la hipótesis de
imaginería perinatal a fin de dar con la clave del fenómeno abducción.
3)
El proyecto Visit, dirigido
por el Ing. de la Nasa, John F. Schuessler, en donde se clasificaban los daños
o efectos mas frecuentes sufridos por los abducidos y se confeccionaba un
retrato robot de la entidad asociada con más frecuencia de estos eventos.
Así,
y de la mayoría de los 130 casos sometidos a estudio por el grupo de
investigación Proyecto Visit, surgía la descripción de seres de alrededor de
1,20 metros de estatura, calvos, macrocéfalos, y provistos de piel de tonalidad
gris-verdosa; que hoy por hoy parecieran que son compañeros casi inseparables
de la mayoría de estas traumáticas experiencias, a menos en EEUU.
Recientemente
ha sido publicada en los EEUU una nueva obra sobre la materia que, a no
dudarlo, contribuirá a aumentar aún más el misterio en torno a los episodios de
abducción, y que podría pasar a la historia de los ovnis como uno de los
documentos mas controvertidos que se hayan publicado alguna vez en torno a los
pretendidos secuestros ufológicos.
Se
trata esta vez de un pequeño opúsculo o librito de sólo 64 páginas, que lleva
por título Experiencias Personales Inusuales, con un subtítulo que reza
así: Un
análisis de los datos de tres encuestas nacionales llevadas a cabo por la
Organización Roper. La Organización Roper es una de las más respetadas
instituciones independientes en lo que a realización de encuestas se refiere, y
su cometido con respecto al fenómeno abducción fue el de encuestar a casi 6.000
personas pertenecientes a la población adulta norteamericana, sometiéndolas a
un cuestionario de 11 preguntas, cuyo cariz giraba en torno a ciertas
experiencias inusuales que podrían o no haber tenido los entrevistados. Uno de
los principales autores de los comentarios contenidos en este librito es el
inefable Budd Hopkins, pionero absoluto en la divulgación masiva de estos
terroríficos encuentros.
Los
otros dos autores del Informe Roper han sido el Dr. David Jacobs, Profesor de
Historia Contemporánea en la Universidad del Temple (Arizona), y autor de
verdaderos hitos ufológicos como La
controversia Ovni en América y Vida
Secreta, obra ésta última que versa sobre el fenómeno abducción, y el Dr.
Ron Westrum, veterana figura de la comunidad ufológica estadounidense, que se
desempeña como Profesor de Sociología de la Universidad de Michigan Este.
El
Informe Roper, del cual se han distribuido gratuitamente 100.000 copias a
distintos profesionales del área de salud, contiene además comentarios
adicionales del Dr. John Mack, Profesor de Psiquiatría de la Harvard Medical
School, y de John Carpenter, Asistente Social con orientación clínica con base
en Springfield (Missouri); los que se han transformado también en personajes
relevantes en lo atinente al estudio científico del fenómeno abducción.
El
alto costo de estas encuestas e informes fue solventado por Robert Bigelow, un
empresario dedicado al negocio de urbanización de bienes raíces y por un
segundo benefactor que desea permanecer en el anonimato.
Volviendo
a las 11 preguntas del cuestionario al que fueron sometidas las casi 6.000
personas encuestadas, conviene aquí mencionar que 5 de ellas fueron diseñadas
por Budd Hopkins y el Dr. David Jacobs con el
fin de proceder a la identificación positiva de abducidos potenciales.
La condición para ser admitido al, por así decirlo, selecto grupo de abducidos
potenciales consistía en responder con un sí a por lo menos 4 de las 5
preguntas de dicho cuestionario, que eran consideradas clave y que versaban
sobre las siguientes experiencias:
A)
Despertarse con una
sensación de parálisis y con la sensación de la presencia de una persona o de
algo en el dormitorio.
B)
Experimentar un período de
tiempo de por lo menos una hora durante el cual dichas personas habían
deambulado perdidas, sin poder recordar la causa de ello o donde habían estado
durante ese lapso (tiempo perdido).
C)
Sensación de volar o flotar
realmente en el aire, sin saber cómo o por qué ocurría este evento.
D)
Observar luces inusuales o
bolas de luz en el dormitorio sin saber su origen o de donde provenían.
E)
Hallar cicatrices
enigmáticas en su cuerpo, ignorando cómo se habían realizado o qué elementos
las habían producido.
Sin
duda alguna, se podrían elaborar variadas interpretaciones acerca de los
resultados de las encuestas llevadas a cabo por la Organización Roper, pero lo
cierto es que algunos de estos resultados han
sido más que sorprendentes, para expresarlo de algún modo.
Asimismo,
y de acuerdo con la interpretación efectuada por Hopkins, Jacobs y Westrum
sobre los resultados de estas tres encuestas, el 2% de la población adulta
norteamericana (esto es: 3.700.000 personas en total) habría tenido una gama de
experiencias que, según ellos, sugiere una historia de abducción típica.”
Después
de la exposición de Juan Faillá en el Congreso de El Palomar y de tener copia
escrita de la misma, nos entusiasmamos con la idea de reproducir la encuesta en
nuestro medio. Buscamos antecedentes sobre
trabajos similares en nuestra comunidad ufológica y no los encontramos,
aunque sí sabíamos de graves críticas y lejos de alabar, nos pusimos a trabajar con más ganas que presupuesto y
con pronósticos de resultados que después no se cumplieron.
La
encuesta Roper poseía 11 preguntas y la nuestra 12, pero manteniendo
invariables las 5 preguntas fundamentales. De la misma manera que en EEUU
nosotros considerábamos “abducido potencial” a aquella persona que por lo menos
contestara sí a 4 de las 5 preguntas principales. Nuestra encuesta era la
siguiente:
Nombre
y Apellido:
Domicilio:
Teléfono:
Edad:
1)
¿Alguna vez se despertó
durante la noche con sensación de parálisis y con la impresión de la presencia
de alguien o algo en su dormitorio?
2)
¿Experimentó alguna vez la
sensación de tener “tiempo perdido”, o sea períodos de por lo menos 1 hora
donde le resulta imposible saber que hizo?
3)
¿Tiene Ud. creencias
religiosas?
4)
¿Tuvo la sensación de volar
o estar flotando en el aire, sin saber cómo o por qué ocurría este evento?
5)
¿Ha manifestado en alguna
oportunidad capacidades de Precognición, Clarividencia u otros fenómenos
parapsicológicos?
6)
¿Observó en alguna
oportunidad luces inusuales o bolas de luz en el dormitorio sin saber su origen
o de donde provenían?
7)
¿Ha leído libros sobre
ocultismo, parapsicología o temas afínes?
8)
¿Ha hallado cicatrices
enigmáticas en su cuerpo, ignorando cómo se habían originado o qué elementos las
habían producido?
9)
¿Durante su infancia tuvo la
sensación de ver o percibir alguna aparición de tipo “Mariana”, “Duendes”,
“Gnomos”, u otra de naturaleza semejante?
10)
¿Ha tenido encuentros
cercanos con ovnis?
11)
Si la respuesta anterior es
positiva, ¿Ha visto a sus tripulantes?
12)
¿Ha aparecido en su mente
algún símbolo o diagrama de manera recurrente, puede dibujarlo?
Las
preguntas claves eran: 1-2-4-6-8.
Antes
de continuar, tenemos que hacer una aclaración que a posteriori resultaría ser
fundamental (por lo menos en éste análisis preliminar):
La
Organización Roper hizo su encuesta a través del “timbréo”, con unas pautas
bien específicas, en el caso nuestro pudimos acceder a los datos proporcionando
los formularios a los asistentes a nuestro Instituto a lo largo de casi un año.
Tal vez esto originó un desvío que no deja de resultar interesante. Para
nuestra encuesta se contabilizaron 99 personas adultas (edad promedio: 41
años).
Los
resultados comparativos con la encuesta Roper, que se exponen a continuación,
son los siguientes: (respuestas en %)
Preg.
Nro: Roper Nosotros Referencia tema
1 18 58 Pres. de dormitorio
2 13 41 Tiempo perdido
4 10 56 Sensación de volar
6 8 36 Luces o esferas
8 8 10 Cicatrices
Según el Informe Roper, 119 personas sobre un total
de 5947 contestaron sí a 4 de las 5 preguntas fundamentales, eso nos da un
porcentaje del 2% de la población encuestada.
En
la encuesta realizada por nosotros el resultado obtenido fue de 12 personas
sobre un total de 99; lo que nos da algo más del 12%.
Recordemos
que este trabajo fue realizado en 1994.
Indudablemente
99 no es un número elevado de personas como para poder realizar una proyección
certera; a priori habíamos determinado que la población encuestada rondaría las
300 personas. La emisión por televisión de "Intrusos” y notas aparecidas
en distintas revistas de divulgación sobre secuestros ufológicos nos hizo
considerar que de alguna manera nuestros futuros encuestados se encontrarían
influidos por estos relatos, lo que motivó que solamente consideráramos los
formularios recabados hasta ese momento.
Se
puede determinar también que el desvío (importante) producido con respecto a la
encuesta Roper, se debe sin duda a
factores psicológicos asociados a los gustos en lecturas y experiencias
realizadas por los encuestados (la mayoría alumnos de nuestro instituto en
diferentes temáticas relacionadas con el esoterismo), de hecho casi 74% de
ellos leen habitualmente sobre Parapsicología o temas afines.
De
la misma manera tenemos que indicar que del total un 23% asegura haber tenido
experiencias ovni. ¿Es la inclinación hacia estos temas lo que produce este
desvío significativo? O por el contrario: ¿Dicha inclinación a estos temas les
posibilita reconocer las experiencias anómalas? A esta altura de la
investigación no podemos asegurar ninguna de las dos posibilidades.
En
Física habitualmente se “renormalizan” ecuaciones cuando empiezan a aparecer
demasiados infinitos y el científico intuye que no es el modelo deseado.
Nosotros
de alguna manera necesitamos introducir en nuestro sistema de ecuaciones un factor de corrección. En el caso que nos
ocupa tenemos que hacerlo desde un punto cualitativo y no cuantitativo.
Si
tomamos por un momento la idea de la “contaminación esotérica”, lo que tenemos
que hacer evidentemente es aumentar el grado de selección. Lo que hemos hecho,
aunque tal vez sea objetable, es tomar únicamente en consideración aquellos
sujetos que hallan contestado “si” a las 5 preguntas claves.
Tenemos
así formado un pequeño grupo de 3 personas con las que hemos podido conversar
en reiteradas oportunidades. De estos estudios hemos confirmado que 2 de ellas
han tenido realmente experiencias con visitantes de dormitorio.
Este
valor del 2% es similar al de la encuesta norteamericana.
Las
correlaciones que se pueden realizar relacionando las diferentes preguntas son
infinitas y de difícil interpretación, no solamente para los ufólogos, también
para psiquiatras que se interesen en el tema; estamos conscientes que recién
ahora comienza la investigación de escritorio y de “diván”. Pensamos que no
podemos realizarla sin la ayuda de los profesionales habilitados para
escudriñar los secretos de la mente.
Ultimamente
hemos estado considerando si el importante desvío observado entre nuestra encuesta
y la Roper, no se deba únicamente al “factor esotérico” como lo habíamos
denominado y sí a la casualidad de haber realizado nuestra encuesta en un
barrio “elegido”, hablando metafóricamente “haber acampado sobre un
hormiguero”. De la misma manera nos hubiera pasado si hubiésemos hecho una
encuesta de avistamientos en Victoria (Entre Ríos) o en Capilla del Monte
(Córdoba), sin duda los resultados hubieran sido más espectaculares que si lo
realizásemos en lugares sin casuística. Creemos firmemente que el fenómeno
actúa en zonas determinadas y seleccionadas, donde gran parte de la población,
a la postre, son protagonistas.
Ahora
podríamos preguntarnos que dicen los escépticos. Como expresa el investigador
español Javier Sierra, en un artículo aparecido en la revista Año Cero: “Por
regla general los escépticos han decidido desacreditar el fenómeno sin tener en
cuenta el aspecto humano del mismo, es decir, que hay miles de personas
afectadas por algo, (sean extraterrestres o no) y que requieren de alguna clase
de soporte o ayuda. En cualquier caso los argumentos que esgrimen más a menudo
son que los abducidos padecen de:
·
Personalidades propensas a
la fantasía: Un término no reconocido aún por psiquiatras y psicólogos, acuñado
por K. Basterfield al tratar de averiguar si los abducidos tienen tendencia a
fantasear superior a la media de la población. En 1992 presentó los resultados
de su estudio en el MIT: Negativo.
·
Traumas sexuales reprimidos:
Examinadas muestras de abducidos y comparadas con otras de población normal, no
existe una especial incidencia de traumas sexuales entre esta clase de sujetos.
·
Síndrome de falsa memoria:
Se da sólo en situaciones de alta sugestionabilidad. Las falsas memorias que no
son globales sino que afectan únicamente a detalles concretos de un hecho y no
a episodios enteros.
·
Síndrome de Munchausen: Fue
descripto en 1951 por el Dr. Asher y se refiere a aquellas personas que
necesitan contar historias extravagantes para llamar la atención.
Desdichadamente para los proponentes de esta hipótesis, un gran porcentaje de
los abducidos rehuye la publicidad y Se cumple a rajatabla la aseveración de J.
A. Hynek: “Gente ordinaria en circunstancias extraordinarias”. Nunca una frase
del “viejo” fue tan categórica y precisa.
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